(NO EL SERVICIO CONYUFAL OBLIGATORIO, memoria feminista 2004) |
El jueves 29 de noviembre de 2007, en el Tribunal
Constitucional de $hile unos asépticos jovencitos del Opus Dei que rezaban el
rosario, nos gritaron a las feministas autónomas “¡calientes!” (lo que no
negamos ni por un segundo). Nosotras reclamábamos que alejaran sus rosarios de
nuestros ovarios, aborto libre y gratuito y distribución masiva de la Pastilla
del Día después, PAE. Fuimos a vociferar que no creemos en la polítiquería de
lo posible de la Concertación y de cualquier feminista o experta en género, que
se adscriba a ella. Fuimos a gritar que política neoliberal es igual a pobreza,
que la pobreza la crea la derecha y que las mujeres somos las más pobres de los
pobres. Dijimos, como siempre, que no defendemos una pastilla ni menos al
gobierno de turno, sino la libertad total de las mujeres. La libertad de las
mujeres para abortar sin riesgo, la libertad para decidir sobre el manejo
sexual, afectivo y total de nuestros cuerpos, vidas y destinos, y también, por
eso mismo, el derecho de todo ser humano a nacer deseado y bien acogido, no
para vivir en caletas de pobres, debajo de puentes, en horfanatos y cárceles
infantiles y para ser carne de explotación sexual y de clase.
En la marcha contra el Tribunal Constitucional NOVIEMBRE | 2007 |
Los úteros de las esclavas en disputa
derechista: MÁS HOGUERAS
X victoria aldunate/memoria feminista
En 1591, Agnes Sampson, partera de Edimburgo,
fue acusada de bruja por suministrar pócimas para aliviar el dolor del parto,
en el siglo 21, los nuevos inquisidores, prohíben el aborto y sus sirvientes
por sus pactos sociales no se atreven ni a mencionar la palabra. Ahora en
$hile, la Inquisición trasvestida de Estado -Alianza Por Chile-
quiere quitarnos también la "T".
Sí, la fascista Alianza quiere endurecer la
esclavitud de las mujeres quitándonos también los Dispositivos Intrauterinos,
DIU o "T" de cobre. El goce y la autonomía hiere sus conciencias
pedófilas y autoflageladas, quieren más hogueras.
El jueves 29 de noviembre, en el Tribunal
Constitucional de $hile unos asépticos jovencitos del Opus Dei que rezaban el
rosario, nos gritaron a las feministas autónomas “¡calientes!” (lo que no
negamos ni por un segundo). Nosotras reclamábamos que alejaran sus rosarios de
nuestros ovarios, aborto libre y gratuito y distribución masiva de la Pastilla
del Día después, PAE. Fuimos a vociferar que no creemos en la polítiquería de
lo posible de la Concertación y de cualquier feminista o experta en género, que
se adscriba a ella. Fuimos a gritar que política neoliberal es igual a pobreza,
que la pobreza la crea la derecha y que las mujeres somos las más pobres de los
pobres. Dijimos, como siempre, que no defendemos una pastilla ni menos al
gobierno de turno, sino la libertad total de las mujeres. La libertad de las
mujeres para abortar sin riesgo, la libertad para decidir sobre el manejo
sexual, afectivo y total de nuestros cuerpos, vidas y destinos, y también, por
eso mismo, el derecho de todo ser humano a nacer deseado y bien acogido, no
para vivir en caletas de pobres, debajo de puentes, en horfanatos y cárceles
infantiles y para ser carne de explotación sexual y de clase.
¿LA VIDA DE QUIÉN Y QUÉ TIPO DE VIDA?
Cuando los supuestos defensores de la vida,
muchos de los cuales fueron cómplices de desapariciones, ejecuciones y torturas
durante 17 años de dictadura en $hile, hablan contra la PAE y contra el aborto,
salen con aquello de “la defensa de la vida”. La vida del huevo, el embrión, el
feto, “un ser que no tiene culpa de nada”… y de esa afirmación se desprende que
las mujeres que alojan en su cuerpo el huevo, sí tenemos culpa. Culpa de tener
ganas de acostarnos, de haber olvidado la pastilla una noche, de haber creído
-en nuestra ignorancia católica represiva- que el coito interruptus funciona
como método de anticoncepción, o que la aspirina también, o que el método del
calendario es justo al revés de cómo es. También culpa de no tener plata para
condones –3 cuestan cerca de us$6-, culpa de que haya fallado el método de
anticoncepción...
Desde la culpa, entonces, nos queman y nos
juzgan estos defensores de la vida.
La vida del embrión, del huevo, del feto
dentro de nuestro útero es muy importante y defendible. Pero la vida y el
cuerpo de la mujer que lo aloja, definitivamente, No.
La vida y el destino de ella, que es una
“portadora de vida”, o mejor dicho el depósito de los hijos de Dios, de los
futuros soldados pobres para la primera línea de fuego, de la futura mano de
obra barata, la vida de esa mujer que tiene una historia, sueños, proyectos, un
cuerpo propio, ideas sobre la vida que quiere realizar, esa vida no importa
nada y debe sacrificar su destino para dejar nacer al producto de su ¿sexo
sucio? ¿como castigo? y que, extrañamente, también es producto de la voluntad
de Dios (¿!).
Que esa mujer no quiera parir porque sabe que
no podrá mantener a aquel que más tarde sí tendrá un cuerpo propio,
desarrollará necesidades y una identidad, eso no está en discusión siquiera.
Que una adolescente que esperaba de la vida ser feliz, estudiar, divertirse,
desarrollarse intelectual y socialmente, ahora tenga que escuchar la moralina
de que no hay fiestas, no hay novios, no hay nada porque si te gustó acostarte
ahora te tiene que gustar criar, eso que no es vida, sino sobrevivir al dolor,
esa mala vida de ella, no les importa nada. Tampoco les importa despedir a las
mujeres de las empresas de su propiedad por estar embarazadas y nunca los he
visto rebelarse contra el test ilegal de embarazo que les aplican a las que
postulan a trabajar en sus maquilas. Tampoco parecen estar preocupados porque
sus trabajos flexibles ofrecidos como la panacea a las mujeres, no dan lugar a
salas cunas ni a ningún beneficio social a las trabajadoras con hijos.
Si una mujer evalúa desde sí misma que no
puede parir y explicita que su vida futura, no la mala vida que nos quieren dar,
sino la oportunidad de construirse una vida lo mejor posible, está en juego y
que entonces necesita abortar, esa evaluación no importa porque ella no es un
sujeto, sino un objeto de políticas económicas, de políticas de salud dictadas
por hombres y curas que jamás se van a preñar ni queriéndolo.
NI TERAPÉUTICO NI NADA, SÓLO CARCEL Y POBREZA
El aborto terapéutico fue derogado por la
Dictadura de Pinochet, y la Concertación, con presidentes supuestamente laicos,
sigue vendiendo su silencio. Resulta que dicen que Chile no está preparado para
el aborto terapéutico. Es decir, como dice una amiga, activista lesbiana
feminista, estuvimos preparadas y abortamos terapéuticamente por cerca de 30
años, las chilenas, pero de pronto en el siglo 21, dejamos de estar preparadas.
Es tal la falacia, que incluso no se atreven a
hablar de aborto cuando una mujer está en riesgo de morir o es violada y se
embaraza producto de esa tortura. Y es que, más de algún patriarca se atreve a
decir sinceramente lo que otros callan: que una mujer que tenga un embarazo
producto de una violación, debe parir igualmente, sacrificarse como parte de su
rol femenino o caer en la culpa. Y pasa raspando si su culpa no se relaciona
también con haber provocado al violador… Al violador: su padre, su marido, su
hermano, su tío, su novio, su amante, el vecino, el hijo del patrón, el jefe,
un compañero de trabajo o de estudios, un completo extraño, el torturador, el
policía que la detuvo, el guerrillero o el militar que la interceptó, el médico
que la atendió, los traficantes de mujeres, las mafias masculinas de cualquier
país que violan, mutilan y asesinan mujeres en todo el mundo… La violada debe,
en $hile, cargar con el producto del atropello a su cuerpo y a su integridad, y
sacrificarse para no pecar. Si, en cambio, la mujer se rebela y aborta, y toca
que es pobre, va a la cárcel: Irma, en 1990 entró con un severo shock séptico a
un hospital de salud pública y lo primero que recibió fueron insultos, el
hombre que hacía el aseo de su habitación la sometió a agresión verbal mientras
estuvo en la sala de aislamiento y presa bajo custodia de Gendarmería. A Flora
de 28 años, dueña de casa le tomó un mes juntar los 4 mil pesos (us$8) que le
cobraba la comadrona en 1991. Tenía dos hijos, uno enfermo de parálisis. Lo que
su marido ganaba se gastaba en el tratamiento de su hijo. En el juicio que se
le hizo, la defensa pidió absolución por "fuerza irresistible" por la
enfermedad de su hijo y exiguo salario del marido. El juez lo rechazó y ella
fue a la cárcel.
El 88% de las mujeres que abortan son
denunciadas por los hospitales, 11% por sus parientes, convivientes, vecinos,
empleador (1).
Un aborto en una Clínica sale más de 1 millón
de pesos (us$ 2.000) y de ahí sales bien, ni presa, ni enferma porque abortar
no es mortal. El problema es que según las estadísticas en que sólo salen las
mujeres pobres porque sobre las otras no se entera el sistema de salud pública,
son 30 a 40 mil las mujeres que intentan abortar anualmente en Chile. Esas
vidas de mujeres no son vidas que los fascistas o los concertacionistas quieran
defender, algunas de ellas pueden morir y muchas quedan con secuelas de un
aborto hecho en condiciones paupérrimas.
Por otra parte, las vidas de los miles de
hijos e hijas que nacen anualmente porque sus madres no pudieron abortar, serán
maltratadas socialmente entre el barro y la basura de sus campamentos, en la
adolescencia caerán en cárceles para niños, de adultas ganarán 200 dólares como
esclavas domésticas puertas adentro, las 24 horas a disposición de sus
patrones, los mismos que no quieren el aborto y defienden la vida.
PROPUESTA DERECHISTA: MUERTE Y MALA VIDA
A LAS MUJERES
En 2006, 32 diputados de la Alianza presentaron un requerimiento ante el Tribunal Constitucional, para suspender el Decreto supremo que autorizó la venta masiva de la píldora del día después, PAE, a jóvenes mayores de 14 años. Ese requerimiento fue aprobado por 6 votos contra 4, y la semana pasada cerró la etapa de alegatos a favor y en contra. A los aliancistas no les basta con la PAE y ahora tratan de llevar al máximo la violencia contra la libertad de las mujeres, satanizando también el dispositivo intrauterino (la T de cobre) que usan al menos 1 millón y medio de mujeres en Chile desde los años 60.
En 2006, 32 diputados de la Alianza presentaron un requerimiento ante el Tribunal Constitucional, para suspender el Decreto supremo que autorizó la venta masiva de la píldora del día después, PAE, a jóvenes mayores de 14 años. Ese requerimiento fue aprobado por 6 votos contra 4, y la semana pasada cerró la etapa de alegatos a favor y en contra. A los aliancistas no les basta con la PAE y ahora tratan de llevar al máximo la violencia contra la libertad de las mujeres, satanizando también el dispositivo intrauterino (la T de cobre) que usan al menos 1 millón y medio de mujeres en Chile desde los años 60.
Su abogada y académica de la Escuela de
Derecho de la Universidad Católica (por su puesto) además asesora de la
Conferencia Episcopal, Carmen Domínguez, alegó que el DIU es
“inconstitucional". El mismo que es autorizado por la Organización Mundial
de la Salud (OMS) y que tuvo por objeto frenar las cifras de mortandad de
mujeres por embarazos en los años 60, que eran de una tasa de 118 muertes
maternas por 100 mil nacidos vivos. Jorge Reyes, presidente de Pro Vida,
abogado que ha participado en casos de Derechos Humanos defendiendo a
torturadores, dice que el dispositivo intrauterino atenta contra el óvulo
fecundado y, por lo tanto, interrumpe la vida, un obispo plantea: “es evidente
que es antiimplantatorio, por lo tanto, desde la concepción humanista y
cristiana, ahí hay una vida” (2)… Sí, y la mujer en que no llega a implantarse
el huevo también es una vida, pero esa vida, no les importa. El Tribunal
Constitucional muy masculino y derechista, debe resolver en los próximos días.
En definitiva, las que estuvimos ahí exigiendo
alejar los rosarios de nuestros ovarios, aceptamos con verdadero goce la
acusación de tener sexo, la tremenda ofensa de aquellos rubicundos,
anorgásmicos y acomodados jóvenes dice más de ellos mismos que de nosotras, no
pensamos hacernos cargo de su frigidez psicótica. A nosotras nos gusta el sexo
cuando lo queremos, reclamamos un orgasmo libre, rechazamos la maternidad
obligada, creemos que todo aborto es terapéutico porque siempre que una mujer
decide abortar lo hace en defensa de su salud mental y física.
La que no quiere usar la T de cobre, la PAE o
abortar, que no lo haga, pero que los millones de mujeres que queremos tener
esas opciones podamos hacerlo libre, gratuitamente y sin miedo a morir o
a la cárcel.
Nos resistimos a ser sus esclavas, nuestros úteros nos pertenecen.
Nos resistimos a ser sus esclavas, nuestros úteros nos pertenecen.
Referencias
1. Lidia Casas, "Mujeres Procesadas Por Aborto". Foro Abierto De Salud Y Derechos Reproductivos de Chile (1996),
1. Lidia Casas, "Mujeres Procesadas Por Aborto". Foro Abierto De Salud Y Derechos Reproductivos de Chile (1996),
2. La Nación. Domingo 2 de diciembre 2007.
Este artículo fue publicado el 3 DE DICIEMBRE DE 2007 en la Kaos en La Red/América Latina
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