MANIFIESTO DE LAS 343
Enviado X Su Conejeros/El Ciudadano
En Francia cada año un millón de mujeres aborta en
peligrosas condiciones, a causa de la clandestinidad a la cual se ven
condenadas. Esta operación, efectuada en medio hospitalario, no presenta
mayores riesgos. El destino de estos millones de mujeres es silenciado.
En consecuencia yo declaro formar parte de ellas.
Declaro haber abortado.
De la misma manera que exigimos la contracepción
libre, reclamamos también la libertad de abortar.
Aborto
Esta palabra expresaría y limitaría, de una vez
por todas, la esencia del combate feminista. Ser feminista es
luchar por el derecho al aborto libre y gratuito.
Aborto
Al parecer este asunto sería una cosa de mujeres. Al
igual que la cocina y los paňales, es decir algo sucio por
definición. Luchar por el aborto libre y gratuito pareciera ser,
además, una cosa tan irrisoria y mezquina…Porque siempre debe haber un
olor a hospital, a cocina, o a caca detrás de las mujeres.
Nuestras emociones ligadas a nuestra lucha por el
aborto libre son complejas. Ellas demuestran la dificultad
que tenemos en asumirnos, a convencernos de que vale la pena
combatir por nuestros derechos. A diferencia de los otros seres humanos,
nosotras no tenemos el derecho a disponer de nuestro cuerpo. Sin embargo, el
vientre es nuestro.
El aborto libre y gratuito no es nuestra única
plataforma de lucha. Esta demanda es simplemente una exigencia elemental. Si no
se la toma en cuenta, el combate político no puede ni siquiera comenzar.
Recuperar, reintegrar nuestro propio cuerpo constituye para nosotras, las
mujeres, una necesidad vital. De frente a la Historia nuestra
situación es bastante singular: en una sociedad moderna, como
la nuestra, somos seres humanos a quienes se les prohíbe
disponer de sus cuerpos. Una situación que en el pasado
sólo los esclavos han conocido.
Este escándalo se perpetúa en permanencia. Todos los
años hay 1.500.000 de mujeres hundidas en la
desesperación y la vergüenza. Entre ellas hay 5000
que mueren. Sin embargo, el orden moral de nuestra sociedad
no se ve perturbado en absoluto.
Quisiéramos gritarlo en voz alta
El aborto libre y gratuito significa: cesar en el acto de
avergonzarse de su cuerpo, poder por fin sentirse libre y
orgullosa de él (al igual de todos aquellos que tienen un
buen un empleo).Dejar de sentirse avergonzada por el hecho de ser mujer.
Un ego desmenuzado, desperdigado, hecho añicos:
está es la impresión íntima que resiente una mujer
cuando debe hacerse un aborto clandestino.
Ser siempre una misma. No sentir más el miedo a ser
“tomada», a ser aprisionada en una trampa. A sentirse desdoblada,
impotente, con esa especie de tumor incrustado en nuestro ser. La idea de
librar este combate me estimula. Si lo gano, a partir de ese momento comenzare
a sentirme dueña de mi misma. Y no del Estado, de una familia, o de
un niño que no deseo.
Esta lucha nos permitiría controlar el flujo de nacimientos.
Como cualquier otro productor, las mujeres deben poder controlar su producción.
Utilizar este control implica transformar radicalmente las
estructuras mentales de las mujeres. Y una transformación, igualmente
radical, de las estructuras de la sociedad.
1) Yo hare un niño, si tal es mi deseo y
no sufro ninguna presión moral. Ninguna institución, o imperativos
de orden económico, deberían obligarme a hacerlo. Está prerrogativa
constituye mi poder político. Al igual que otros agentes
productores, yo puedo, si la situación lo exige, presionar a la
sociedad con mi producción (huelga de nacimientos)
2) Yo hare un niño si considero que la
sociedad, en la cual nacerá, me conviene. Y si esta
misma sociedad no hace de mi una esclava de este niño,
su nodriza, su sirvienta, su cabeza de Turco.
3) Yo asumiré la responsabilidad de concebir un niño
si este es mi deseo, y si esta sociedad me conviene a mí como a él.
Es decir una sociedad sin riesgos de guerras y sin trabajo
esclavizador.
(Gisele Halimi, activista franco tunesina) |
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No a la libertad vigilada
El debate sobre el aborto que tiene lugar, actualmente, ignora
a sus principales interesadas, las mujeres. Establecer si la ley debe ser
liberalizada; determinar en qué casos el aborto puede ser autorizado, o el
problema del aborto terapéutico, todos estos temas son sin ningún interés para
nosotras. Está temática no nos concierne en nada.
El aborto terapéutico exige una “buena “razón para obtener
el “permiso” de abortar. Esto significa que debemos merecer el derecho de no
tener niños. Al igual que antes seguimos siendo desposeídas de nuestro derecho
a dar la vida o no. Obligar a una mujer a ser madre seguiría siendo un
principio legítimo. Establecer algunas excepciones a esta regla no haría más
que reforzar esta legislación. Esta nueva ley, por muy liberal que
está sea, continuaría ocupándose de nuestro cuerpo. Ahora
bien, el uso de nuestro cuerpo no debe ser reglamentado en absoluto. Nunca
aceptaremos excepciones; restos de lo que los otros seres humanos
disfrutan desde su nacimiento: la libertad de hacer uso de su cuerpo
a su antojo.
En nuestra calidad de mujeres nos oponemos a la ley
Peyret. Al denominado proyecto A.N.E. Ha, así como a cualquier
ley que pretenda, de alguna manera u otra, regular nuestros
cuerpos. No queremos que se promulgue una ley más ventajosa para
nosotras. Queremos simplemente que no haya ley. No
pedimos la caridad, pedimos simplemente justicia. Somos
27000000 en este país. 27 000000 ‘ciudadanas” que hoy en día
son tratadas como ganado.
A los fascistas, cualquiera sea su pelaje ,les decimos (
aquellos que lo reivindican y nos agreden físicamente,
católicos , integristas, demógrafos, médicos, expertos, juristas, “hombres
responsables”, a Debré, Peyret, Lejeune, Pompidou , Chauchard, el
Papa) que a partir de ahora están desenmascarados. Que son unos
asesinos y que por lo tanto les prohibimos terminantemente utilizar
el término “respeto a la vida”. Está es una obscenidad en sus
bocas. Somos 27000000 y lucharemos hasta el final para
lograr lo que se nos debe: poder disponer libremente de nuestros cuerpos.
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LOS DIEZ MANDAMIENTOS DEL ESTADO BURGUES
Feto en lugar del ser humano
elegirás cuando este Ser es una hembra.
Mujer nunca deberá abortar, sobre todo si Debré reclama 100
millones de franceses.
100 millones de franceses tendrás, a condición
de que estos no te cuesten nada.
Sumamente severo será con todas aquellas hembras
pobres que no pueden darse el lujo de ir a abortar a Inglaterra.
Siempre mantendrás un margen de desempleo, a fin
de complacer los deseos de los capitalistas.
Muy moralista serás, Sólo Dios sabe lo que
“nuestras “mujeres harían si por ventura fueran libres.
Fetos tu preservaras. Resulta más rentable
matarlos a los 18 años, cuando hacen el servicio militar.
Necesidad de estos últimos siempre tendrás, porque tu política
imperialista proseguirás .
En cuanto a ti: contracepción utilizaras, así
los pocos hijos que tendrás, podrán
matricularse en las escuelas de elite. Y
también porque sólo dispondrás de un departamento de diez
habitaciones.
En lo que respecta a los otros
individuos, la pastilla anticonceptiva denigraras siempre. ¡Porque
no faltaba más!
Referencias
El Manifiesto de las 343 fue redactado
por Simone de Beauvoir, y publicado en
el Nouvel Observateur N° 334 del 5 de
abril de 1971 . Entre las firmantes se destacan
personalidades como ,ademas de Simone de Beauvoir, ,Catherine Deneuve, Marguerite Duras, Gisèle Halimi, Bernadette Lafont, , Ariane Mnouchkine, Jeanne Moreau, Marie-France Pisier, Françoise Sagan, Agnès Varda
El Movimiento de Liberación de la Mujer así como
otras organizaciones feministas suscribieron también a este manifiesto.
Una ley, autorizando el aborto libre y gratuito , termino siendo
promulgada en el año 1975. La denominada ley Veil, en
referencia a Simone Veil, ministra de Salud
de Valery Giscard d’Estaing.
Fuente: El Ciudadano/Traducción de Georges Aguayo, escritor
chileno residente en Francia (RIL editores)
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